Sumos Pontífices
Benedicto XVI
Jóvenes
AÑO 2005
MAYO
*La instrucción religiosa ayuda a
los jóvenes a descubrir el pleno sentido de la existencia humana, de modo
especial la relación fundamentalmente importante entre la libertad y la verdad
(Discurso, 19 de mayo).
AGOSTO
*Queridos jóvenes, la felicidad que
buscáis, la felicidad que tenéis derecho a saborear, tiene un nombre, un
rostro: el de Jesús de Nazaret oculto en la Eucaristía. Sólo Él da plenitud de
vida a la humanidad (Discurso, 18 de agosto).
*Abrid vuestro corazón a Dios.
Dejaos sorprender por Cristo. Dadle el derecho a hablaros. Abrid las puertas
de vuestra libertad a su amor misericordioso (Discurso, 18 de agosto).
*Los jóvenes son una llamada
viviente a la fe (Discurso, 21 de agosto).
*Hay que buscar nuevos caminos para
llegar a los jóvenes (Discurso, 21 de agosto).
*Debemos aceptar la provocación de
los jóvenes y educar a los jóvenes en la paciencia, sin la que no se puede
llegar a nada; debemos educarlos en el discernimiento, en un sano realismo, en
la capacidad de tomar decisiones definitivas (Discurso, 21 de agosto).
SEPTIEMBRE
*Queridos jóvenes, dejaos implicar
en la vida nueva que brota del encuentro con Cristo y podréis ser apóstoles de
su paz (Homilía, 2 de septiembre).
*Queridos
jóvenes, vosotros sois los destinatarios de numerosos
mensajes, que os llegan sobre todo a través
de los medios de comunicación social. Estad vigilantes. Sed críticos. No
vayáis tras la ola producida por esa poderosa acción de persuasión (Homilía, 2
de septiembre).
*No
tengáis miedo, queridos amigos (jóvenes),
de preferir los caminos “alternativos”
indicados por el amor verdadero: un estilo de vida sobrio y solidario;
relaciones afectivas sinceras y puras; un empeño honrado en el estudio y en el
trabajo; un interés profundo por el bien común (Homilía, 2 de septiembre).
NOVIEMBRE
*Hay que educar a los jóvenes en la
fe; se trata de una educación basada en el encuentro directo y personal con el
hombre, en el testimonio –es decir, en la auténtica transmisión de la fe, de
la esperanza, de la caridad, y de los valores que derivan directamente de
ellas- de persona apersona. Por tanto, se trata de un auténtico encuentro con
otra persona, a la que primero hay que escuchar y comprender (Discurso, 26 de
noviembre).
DICIEMBRE
*Esta labor del voluntariado tan
difundida es una escuela de vida para los jóvenes, que educa a la solidaridad
y a estar disponibles para dar no sólo algo, sino a sí mismos (Encíclica-30,
25 de diciembre).
AÑO 2006
MARZO
*Es significativo que estos jóvenes,
que en las discotecas tratan de estar muy cerca unos de otros, en realidad
sufren una gran soledad y, naturalmente, también incomprensión (Encuentro, 2
de marzo).
ABRIL
*Es necesario que los jóvenes
tengáis a Jesús como uno de vuestros amigos más queridos, más aún, el primero.
Así veréis cómo la amistad con él os lleva a abriros a los demás, a quienes
consideráis hermanos, manteniendo con cada uno una relación de amistad sincera
(Discurso, 10 de abril).
JUNIO
*Que las
nuevas generaciones puedan experimentar a la Iglesia como una compañía de
amigos realmente digna de confianza, cercana en todos los momentos y
circunstancias de la vida (Discurso, 5 de junio).
*Proponer a los muchachos y a los
jóvenes experiencias prácticas de servicio al prójimo más necesitado forma
parte de una auténtica y plena educación en la fe (Discurso, 5 de junio).
*Nuestros muchachos, adolescentes y
jóvenes necesitan vivir la fe como alegría, gustar la serenidad profunda que
brota del encuentro con el Señor (Discurso, 5 de junio).
*A
vosotros, queridos muchachos y jóvenes,
quisiera pediros que os fiéis de la Iglesia,
que la améis y confiéis en ella, porque en ella está presente el Señor y
porque lo único que busca es vuestro verdadero bien (Discurso, 5 de junio).
NOVIEMBRE
*A los jóvenes les resulta difícil
comprometerse de forma definitiva. Tienen miedo a lo definitivo, que les
parece irrealizable y opuesto a la libertad (Discurso, 18 de noviembre).
AÑO 2007
ENERO
*La belleza, que es como un espejo
de lo divino, inspira y vivifica los corazones y mentes jóvenes, mientras que
la fealdad y la tosquedad tienen un impacto deprimente en las actitudes y
comportamientos (Mensaje, 24 de enero).
*Tres
ámbitos de la vida cotidiana en que vosotros, queridos jóvenes,
estáis llamados de modo particular a
manifestar el amor de Dios: La Iglesia, la preparación para el futuro, la vida
cotidiana en sus diversos aspectos -familia, estudio, el trabajo, el tiempo
libre- (Mensaje, 27 de enero).
*Queridos jóvenes, si Dios os llama
a seguirlo en el camino del sacerdocio ministerial o de la vida consagrada,
estad preparados para decir “sí” (Mensaje, 27 de enero).
*Queridos jóvenes, cultivad vuestros
talentos no sólo para conquistar una posición social, sino también para ayudar
a los demás a “crecer”. Desarrollad vuestras capacidades, no sólo para ser más
“competitivos” y “productivos”, sino para ser “testigos de la caridad”
(Mensaje, 27 de enero).
*Que el Espíritu os haga a los
jóvenes creativos en la caridad, perseverantes en los compromisos que asumís y
audaces en vuestras iniciativas, contribuyendo así a la edificación de la
“civilización del amor” (Mensaje, 27 de enero).
*Queridos jóvenes, quisiera
invitaros a “atreverse a amar”, a no desear más que un amor fuerte y hermoso,
capaz de hacer de toda vuestra vida una gozosa realización del don de vosotros
mismos a Dios y a los hermanos, imitando a Aquél que por medio del amor, ha
vencido para siempre el odio y la muerte (Mensaje, 27 de enero).
ABRIL
*No tengáis miedo de entregar
vuestra vida a Cristo. Él jamás defrauda nuestras expectativas, porque sabe lo
que hay en nuestro corazón (Discurso, 21 de abril).
*Esta es vuestra misión, queridos
jóvenes amigos. Trabajemos por la justicia, por la paz, por la solidaridad,
por la verdadera libertad (Discurso, 21 de abril).
MAY0
*Podéis los jóvenes ser
protagonistas de una sociedad nueva si os esforzáis por poner en práctica una
conducta concreta inspirada en los valores morales universales (Encuentro, 10
de mayo).
JUNIO
*La preparación seria de los jóvenes
para el matrimonio debe ayudarles a superar la reticencia a fundar una familia
estable, abierta al futuro (Discurso, 1 de junio).
*A los muchachos y a los jóvenes se
les puede ayudar a liberarse de prejuicios generalizados y a darse cuenta de
que el modo cristiano de vivir es realizable y razonable, más aún, el más
razonable, con mucho (Discurso, 11 de junio).
*Los adolescentes y los jóvenes,
cuando se sienten respetados y tomados en serio en su libertad, a pesar de su
inconstancia y fragilidad, se muestran dispuestos a dejarse interpelar por
propuestas exigentes; más aún, se sienten atraídos y a menudo fascinados por
ellas (Discurso, 11 de junio).
AGOSTO
*La juventud tiene derecho, desde el
inicio de su proceso formativo, a ser educada en la fe y en las sanas
costumbres (Discurso, 9 de agosto).
SEPTIEMBRE
*En lo más íntimo del corazón, todo
muchacho y toda muchacha que se abre a la vida cultiva el sueño de un amor que
dé pleno sentido a su futuro (Discurso, 1 de septiembre).
*Queridos jóvenes, dejaos implicar
en la vida nueva que brota del encuentro con Cristo y podréis ser apóstoles de
su paz (Homilía, 2 de septiembre).
*No sigáis el camino del orgullo,
sino el de la humildad. Id contra corriente: no escuchéis las voces
interesadas y persuasivas que hoy, desde muchas partes, proponen modelos de
vida marcados por la arrogancia y la violencia, por la prepotencia y el éxito
a toda costa, por el aparecer y el tener, en detrimento del ser (Homilía, 2 de
septiembre).
*Vosotros sois los destinatarios de
numerosos mensajes, que os llegan sobre todo a través de los medios de
comunicación social. Estad vigilantes. Sed críticos. No vayáis tras la ola
producida por esa poderosa acción de persuasión (Homilía, 2 de septiembre).
*No tengáis miedo, queridos amigos,
de preferir los caminos “alternativos” indicados por el amor verdadero: un
estilo de vida sobrio y solidario; relaciones afectivas sinceras y puras; un
empeño honrado en el estudio y en el trabajo, un interés profundo por el bien
común (Homilía, 2 de septiembre).
*No tengáis miedo de ser diferentes
y de ser criticados por lo que puede parecer perdedor o pasado de moda:
vuestros coetáneos y también los adultos, especialmente los que parecen más
alejados de la mentalidad y de los valores del Evangelio, tienen profunda
necesidad de ver a alguien que se atreva a vivir de acuerdo con la plenitud de
humanidad manifestada por Jesucristo (Homilía, 2 de septiembre).
*Los jóvenes deben encontrar en las
familias el lugar habitual para crecer humana y espiritualmente (Discurso, 6
de septiembre).
OCTUBRE
*Como primera escuela de vida y de
fe, y como “iglesia doméstica”, la familia está llamada a educar a las nuevas
generaciones en los valores humanos y cristianos para que, orientando su vida
según el modelo de Cristo, forjen en ellas una personalidad armónica (Carta, 1
de octubre).
AÑO 2008
FEBRERO
*La juventud, en particular, es
tiempo de esperanza, porque mira al futuro con diversas expectativas (Mensaje,
22 de febrero).
*Sed pacientes y perseverantes,
venciendo la natural tendencia de los jóvenes a la prisa, a querer obtener
todo y de inmediato (Mensaje, 22 de febrero).
ABRIL
*Buenos jóvenes cristianos
constituyen buenos ciudadanos (Discurso, 17 de abril).
*Los
jóvenes necesitan ser ayudados para discernir
la vía que conduce a la verdadera libertad:
la vía de una sincera y generosa imitación de Cristo, la vía de la entrega a
la justicia y a la paz (Homilía, 17 de abril).
*Los jóvenes, que por naturaleza
tienen sed de verdad y de amor (Audiencia, 30 de abril).
MAYO
*En el corazón todos debemos seguir
siendo jóvenes (Discurso, 18 de mayo).
*Ser joven implica ser bueno y
generoso (Discurso, 18 de mayo).
*Estad unidos entre vosotros,
ayudaos a vivir y a crecer en la fe y en la vida cristiana, para que podáis
ser testigos intrépidos del Señor (Discurso, 18 de mayo).
*Estad unidos, pero no encerrados.
Sed humildes, pero no tímidos. Sed sencillos pero no ingenuos. Sed sensatos,
pero no complicados. Entrad en diálogo con todos, pero sed vosotros mismos
(Discurso, 18 de mayo).
JUNIO
*Haced fructificar los dones que
Dios os ha regalado con la juventud: la fuerza, la inteligencia, la valentía,
el entusiasmo y el deseo de vivir (Discurso, 14 de junio).
*No tengáis miedo de anunciar a
Cristo a los jóvenes de vuestra edad. Mostradles que Cristo no es un obstáculo
para vuestra vida, ni para vuestra libertad (Mensaje, 21 de junio).
*Al contrario, mostradles a los
jóvenes de vuestra edad que Cristo os da la verdadera vida, os hace libres
para luchar contra el mal y para hacer que vuestra vida sea bella (Mensaje, 21
de junio).
*Si abrís todo vuestro ser y toda
vuestra vida a la mirada de Cristo, no quedaréis oprimidos; al contrario,
descubriréis que sois amados de una manera infinita (Mensaje, 21 de junio)
SEPTIEMBRE
*Hacen falta jóvenes interiormente
abiertos, deseosos de aprender y de llevar todo a las exigencias y evidencias
originarias del corazón (Discurso, 7 de septiembre).
*Queridos jóvenes, no tengáis miedo
de decir sí a las llamadas del Señor, cuando él os invite a seguirlo.
Responded generosamente al Señor. Sólo él puede colmar los anhelos más
profundos de vuestro corazón (Homilía, 14 de septiembre).
AÑO 2009
SEPTIEMBRE
*No es difícil constatar que en cada
joven existe una aspiración a la felicidad, a veces mezclada con un
sentimiento de inquietud; una aspiración que, sin embargo, la actual sociedad
de consumo explota frecuentemente de forma falsa y alienante (Mensaje, 28 de
septiembre).
*La preparación para este sacramento
del matrimonio constituye un verdadero camino vocacional. Considerad entonces
seriamente la llamada divina a formar una familia cristiana, y que vuestra
juventud sea el tiempo de construir con sentido de responsabilidad vuestro
futuro (Mensaje, 28 de septiembre).
*Cuando el corazón de un joven se
abre a sus proyectos divinos, no le cuesta demasiado reconocer y seguir su
voz. De hecho, el Señor llama a cada uno por su nombre y a cada uno desea
confiar una misión específica en la Iglesia y en la sociedad (Mensaje, 28 de
septiembre).
*Si nuestros ojos permanecen
abiertos a la belleza de la creación de Dios y nuestras mentes a la belleza de
su verdad, entonces podremos verdaderamente esperar seguir siendo jóvenes y
construir un mundo que refleje algo de la belleza divina, de modo que ofrezca
inspiración a las futuras generaciones para hacer otro tanto (Discurso, 28 de
septiembre).
*Sólo en la búsqueda sincera de la
verdad, del bien y de la belleza se puede ofrecer realmente un futuro a los
jóvenes de hoy y a las futuras generaciones (Audiencia, 30 de septiembre).
NOVIEMBRE
*El testimonio personal, hecho de
elecciones existenciales y concretas, animará a los jóvenes a tomar decisiones
comprometidas que determinen su futuro (Mensaje, 13 de noviembre).
*Para ayudar a los jóvenes es
necesario el arte del encuentro y del diálogo capaz de iluminarles y
acompañarles, a través sobre todo de la ejemplaridad de la existencia vivida
como vocación (Mensaje, 13 de noviembre).
AÑO 2010
FEBRERO
*Los
jóvenes de todos los continentes, destinatarios privilegiados y sujetos del
anuncio evangélico deben percibir que los cristianos llevan la palabra de
Cristo porque él es la Verdad, porque han encontrado en él el sentido, la
verdad para su vida (Mensaje, 6 de febrero).
MARZO
*Exhorto a
los jóvenes
a que traten, con todo el corazón, de
descubrir su vocación al amor, como personas y como bautizados. Esta es la
clave de toda la existencia. Que inviertan todas sus energías en acercarse a
esa meta día tras día, sostenidos por la Palabra de Dios y por los sacramentos
de la Reconciliación y la Eucaristía (Carta, 20 de marzo).
MAYO
*El joven del Evangelio, como sabemos, pregunta a Jesús: “¿Qué tengo que hacer
para tener la vida eterna?”. Hoy no es fácil hablar de vida eterna y de
realidades eternas, porque la mentalidad de nuestro tiempo nos dice que no
existe nada definitivo: todo cambia e incluso muy rápidamente (Discurso, 2 de
mayo).
*Cada uno de nosotros no ha sido creado para realizar elecciones provisionales
y revocables, sino elecciones definitivas e irrevocables, que dan sentido
pleno a la existencia. Lo vemos en nuestra vida: quisiéramos que toda
experiencia bella, que nos llena de felicidad, no terminara nunca (Discurso, 2
de mayo).
*Dios nos ha creado con vistas al “para siempre”; ha puesto en el corazón de
cada uno de nosotros la semilla de una vida que realice algo bello y grande.
Tened a valentía de hacer elecciones definitivas y de vivirlas con fidelidad.
El Señor podrá llamaros al matrimonio, al sacerdocio, a la vida consagrada, a
una entrega particular de vosotros mismos: respondedle con generosidad
(Discurso, 2 de mayo).
*En el diálogo con el joven que poseía muchas riquezas, Jesús indica cuál es
la riqueza más importante y más grande de la vida: el amor. Amar a Dios y amar
a los demás con todo su ser (Discurso, 2 de mayo).
*La palabra amor, como sabemos, se presta a varias interpretaciones y tiene
distintos significados: nosotros necesitamos un Maestro, Cristo, que nos
indique su sentido más auténtico y más profundo, que nos guíe a la fuente del
amor y de la vida. Amor es el nombre propio de Dios (Discurso, 2 de mayo).
*En el encuentro con Cristo y en el amor mutuo experimentamos en nosotros la
vida misma de Dios, que permanece en nosotros con su amor perfecto, total,
eterno. Así pues, no hay nada más grande para el hombre, ser mortal y
limitado, que participar en la vida de amor de Dios (Discurso, 2 de mayo).
*Hoy vivimos en un contexto cultural que no favorece relaciones humanas
profundas y desinteresadas, sino, al contrario, induce a menudo a cerrarse en
sí mismos, al individualismo, a dejar que prevalezca el egoísmo que hay en el
hombre (Discurso, 2 de mayo).
*Pero el corazón de un joven por naturaleza es sensible al amor verdadero. Por
ello me dirijo con gran confianza a cada uno de vosotros y os digo: no es
fácil hacer de vuestra vida algo bello y grande; es arduo, pero con Cristo
todo es posible (Discurso, 2 de mayo).
*Sí, queridos jóvenes, Jesús quiere ser vuestro amigo, vuestro hermano en la
vida, el maestro que os indica el camino a recorrer para alcanzar la
felicidad. Él os ama por lo que sois, con vuestra fragilidad y debilidad, para
que, tocados por su amor, podáis ser transformados (Discurso, 2 de mayo).
*Queridos
amigos, el amor de Cristo al joven del Evangelio es el mismo que tiene a cada
uno de nosotros. No es un amor confinado en el pasado, no es un espejismo, no
está reservado a pocos. Encontraréis este amor y experimentaréis toda su
fecundidad si buscáis con sinceridad y vivís con empeño vuestra participación
en la vida de la comunidad cristiana (Discurso, 2 de mayo).
*Que cada uno se sienta “parte viva” de la Iglesia, implicado en la tarea de
la evangelización, sin miedo, con un espíritu de sincera armonía con los
hermanos en la fe y en comunión con los pastores, saliendo de una tendencia
individualista también al vivir la fe, para respirar a pleno pulmón la belleza
de formar parte del gran mosaico de la Iglesia de Cristo (Discurso, 2 de
mayo).
*Queridos jóvenes, tened el valor de elegir lo que es esencial en la vida.
“Vivir y no ir tirando” (Discurso, 2 de mayo).
*Los jóvenes
albergan una sed en su corazón, y esta sed es una búsqueda de significado y de
relaciones humanas auténticas, que ayuden a no sentirse solos ante los
desafíos de la vida (Discurso, 27 de mayo).
*Volvamos, pues, a proponer a
los jóvenes la
medida alta y trascendente de la vida, entendida como vocación: que llamados a
la vida consagrada, al sacerdocio, al matrimonio, sepan responder con
generosidad a la llamada del Señor, porque sólo así podrán captar lo que es
esencial para cada uno (Discurso, 27 de mayo).
*La formación de las
nuevas generaciones
no puede menos de interesar a todos
los hombres de buena voluntad, interpelando la capacidad de toda la sociedad
de asegurar referencias fiables para el desarrollo armónico de las personas
(Discurso, 27 de mayo).
JUNIO
*Y ahora
me dirijo especialmente a vosotros, queridos jóvenes de Chipre. ¡Sed fuertes
en la fe, alegres en el servicio de Dios y generosos con vuestro tiempo y
vuestros talentos! Ayudad a construir un futuro mejor para la Iglesia y para
vuestro país, poniendo el bien de los demás por encima de vuestro propio bien
(Discurso, 5 de junio).
*Queridos jóvenes: no tengáis miedo
de elegir el amor como la regla suprema de vida. No tengáis miedo de formar
familias cristianas que vivan el amor fiel, indisoluble y abierto a la vida
(Discurso, 15 de junio).
JULIO
*El secreto de la vocación está en
la capacidad y en la alegría de distinguir, escuchar y seguir su voz. Pero
para hacer esto es necesario acostumbrar a nuestro corazón a reconocer al
Señor, a escucharle como a una Persona que está cerca y se ama (Encuentro, 4
de julio).
*Es importante aprender a vivir
momentos de silencio interior en las propias jornadas para se capaces de
escuchar la voz del Señor. Estad seguros de que si uno aprende a escuchar esta
voz y a seguirla con generosidad, no tiene miedo de nada, sabe y percibe que
Dios está con él, con ella, que es Amigo, Padre y Hermano (Encuentro, 4 de
julio).
*El secreto de la vocación está en
la relación con Dios, en la oración que crece justamente en el silencio
interior, en la capacidad de escuchar que Dios está cerca (Encuentro, 4 de
julio).
*Queridos jóvenes: ¡encontrad
siempre un espacio en vuestras jornadas para Dios, para escucharle y hablarle!
(Encuentro, 4 de julio).
*Queridos jóvenes: ¡Conservad
vuestro entusiasmo, vuestra alegría, aquella que nace de haber encontrado al
Señor, y sabed comunicarla también a vuestros amigos, a vuestros coetáneos
(Encuentro, 4 de julio).
*Queridos jóvenes, reconoced y
servid a Jesús también en los pobres y en los enfermos, en los hermanos que
están en dificultad y necesitan ayuda (Mensaje, 6 de agosto).
*Entablad y cultivad un diálogo
personal con Jesucristo, en la fe. Hablad con él en la oración, confiad en él.
Nunca os traicionará (Mensaje, 6 de agosto).
AGOSTO
*Vosotros los jóvenes sois el futuro de la sociedad y de la Iglesia (Mensaje,
6 de agosto).
*Como escribía el apóstol Pablo a los cristianos de la ciudad de Colosas, es
vital tener raíces y bases sólidas. Esto es verdad, especialmente hoy, cuando
muchos no tienen puntos de referencia estables para construir su vida,
sintiéndose así profundamente inseguros (Mensaje, 6 de agosto).
*Vosotros,
tenéis
el derecho de recibir de las generaciones que os preceden puntos firmes para
hacer vuestras opciones y construir vuestra vida, del mismo modo que una
planta pequeña necesita un apoyo sólido hasta que crezcan sus raíces, para
convertirse en un árbol robusto, capaz de dar fruto (Mensaje, 6 de agosto).
*Continuamente se os presentarán propuestas más fáciles, pero vosotros mismos
os daréis cuenta de que se revelan como engañosas, no dan serenidad ni
alegría. Sólo la Palabra de Dios nos muestra la auténtica senda, sólo la fe
que nos ha sido transmitida es la luz que ilumina el camino (Mensaje, 6 de
agosto).
*Apoyaos, en cambio, en la fe de vuestros seres queridos, en la fe de la
Iglesia, y agradeced al Señor el haberla recibido y haberla hecho vuestra
(Mensaje, 6 de agosto).
*No creáis a los que os digan que no necesitáis a los demás para construir
vuestra vida. Apoyaos, en cambio, en la fe de vuestros seres queridos, en la
fe de la Iglesia, y agradeced al Señor el haberla recibido y haberla hecho
vuestra (Mensaje, 6 de agosto).
*En cada época, también en nuestros días, numerosos jóvenes sienten el
profundo deseo de que las relaciones interpersonales se vivan en la verdad y
la solidaridad (Mensaje, 6 agosto).
*También vosotros, si creéis, si sabéis vivir y dar cada día testimonio de
vuestra fe, seréis un instrumento que ayudará a otros jóvenes como vosotros a
encontrar el sentido y la alegría de la vida, que nace del encuentro con
Cristo (Mensaje, 6 de agosto).
SEPTIEMBRE
*Lo
que Dios desea más de cada uno de vosotros es que seáis santos. Él os ama
mucho más de lo jamás podríais imaginar y quiere lo mejor para vosotros. Y,
sin duda, lo mejor para vosotros es que crezcáis en santidad (Discurso, 17 de
septiembre).
*Vivimos
en una cultura de la fama, y a menudo se alienta a los jóvenes a modelarse
según las figuras del mundo del deporte o del entretenimiento. Os pregunto:
¿Cuáles son las cualidades que veis en otros y que más os gustarían para
vosotros? ¿Qué tipo de persona os gustaría ser de verdad? (Discurso, 17 de
septiembre).
*Cuando
os invito a ser santos, os pido que no os conforméis con ser de segunda fila.
Os pido que no persigáis una meta limitada y que ignoréis las demás (Discurso,
17 de septiembre).
*La
felicidad es algo que todos quieren, pero una de las mayores tragedias de este
mundo es que muchísima gente jamás la encuentra, porque la busca en los
lugares equivocados. La clave para esto es muy sencilla: la verdadera
felicidad se encuentra en Dios (Discurso, 17 de septiembre).
*Necesitamos tener el valor de poner nuestras esperanzas más profundas
solamente en Dios, no en el dinero, la carrera, el éxito mundano o en nuestras
relaciones personales, sino en Dios. Sólo él puede satisfacer las necesidades
más profundas de nuestro corazón (Discurso, 17 de septiembre).
*Dios no solamente nos ama con una
profundidad e intensidad que difícilmente podremos llegar a comprender, sino
que, además, nos invita a responder a su amor (Discurso, 17 de septiembre).
*De modo particular, las nuevas
generaciones necesitan ser introducidas a la Palabra de Dios «a través del
encuentro y el testimonio auténtico del adulto, la influencia positiva de los
amigos y la gran familia de la comunidad eclesial» (Exhortación Apostólica-97,
30 de septiembre).
*Los jóvenes son ya desde ahora
miembros activos de la Iglesia y representan su futuro (Exhortación
Apostólica-104, 30 de septiembre).
*En los jóvenes encontramos a menudo una apertura
espontánea a la escucha de la Palabra de Dios y un
deseo sincero de
conocer a Jesús (Exhortación Apostólica-104, 30 de septiembre).
*En la edad de la juventud, surgen de modo
incontenible y sincero
preguntas
sobre el sentido de la propia vida y sobre qué dirección dar a la propia
existencia. A estos interrogantes, sólo Dios sabe dar una respuesta verdadera
(Exhortación Apostólica-104, 30 de septiembre).
*Esta atención al mundo juvenil implica la valentía de un anuncio claro; hemos
de ayudar a los jóvenes a que adquieran confianza y familiaridad con la
Sagrada Escritura, para que sea como una brújula que indica la vía a seguir
(Exhortación Apostólica-104, 30 de septiembre).
*Es preciso que se presente la divina Palabra también con sus implicaciones
vocacionales, para ayudar y orientar así a los jóvenes en sus opciones de
vida, incluida la de una consagración total (Exhortación Apostólica-104, 30 de
septiembre).
NOVIEMBRE
*Queridos jóvenes, dejad que os renueve esta llamada que llevo en el corazón:
Dios os quiere santos, porque os conoce en lo profundo y os ama con un amor
que supera toda comprensión humana. Dios sabe lo que hay en vuestro corazón y
espera ver florecer y fructificar ese don maravilloso que ha puesto en
vosotros (Mensaje, 4 de noviembre).
*También vosotros podéis hacer de vuestra juventud una ofrenda a Cristo y a
los hermanos. Como él, podéis decidir, en esta etapa de vuestra vida,
"apostar" por Dios y por el Evangelio (Mensaje, 4 de noviembre).
*Vosotros, queridos jóvenes, no sois sólo la esperanza de la Iglesia;
¡vosotros ya formáis parte de su presente! Y si tenéis la audacia de creer en
la santidad, seréis el tesoro más grande de vuestra Iglesia (Mensaje, 4 de
noviembre).
*Y quisiera que este mensaje llegara sobre todo a los jóvenes: precisamente a
vosotros, este contenido esencial del Evangelio os indica la vía para que,
renunciando a un modo de pensar egoísta, de cortos alcances, como tantas veces
os proponen, y asumiendo el de Jesús, podáis realizaros plenamente y ser
semilla de esperanza (Homilía, 6 de noviembre).
*Hoy no pocos jóvenes, aturdidos por las infinitas posibilidades ofrecidas por
las redes informáticas o por otras tecnologías, establecen formas de
comunicación que no contribuyen al crecimiento en humanidad, sino que al
contrario, corren el riesgo al contrario de aumentar el sentido de soledad y
de desorientación (discurso, 15 de noviembre).
*A todos vosotros,
jóvenes,
enfermos y sanos, os repito la invitación a crear puentes de amor y de
solidaridad, para que nadie se sienta solo, sino cerca de Dios y parte de la
gran familia de sus hijos (Mensaje, 21 de noviembre).
DICIEMBRE
*Es primordial, además, que las
nuevas generaciones adquieran la convicción de que los
conflictos no se vencen con la mera fuerza, sino convirtiendo los corazones al
bien y la verdad, acabando con la miseria y el analfabetismo, robusteciendo el
Estado de derecho y vigorizando la independencia y eficacia de los tribunales
de justicia (Discurso, 3 de diciembre).
*En este sentido, la Iglesia no se cansará de alentar especialmente a
los jóvenes,
para que descubran la belleza y grandeza que entraña servir fiel y
generosamente al amor matrimonial y a la transmisión de la vida (Discurso, 3
de diciembre).
AÑO 2011
ENERO
*Como todo fruto del ingenio humano, las nuevas tecnologías de comunicación
deben ponerse al servicio del bien integral de la persona y de la humanidad
entera. Si se usan con sabiduría, pueden contribuir a satisfacer el deseo de
sentido, de verdad y de unidad que sigue siendo la aspiración más profunda del
ser humano (Mensaje, 24 de enero).
*Transmitir información en el mundo digital significa cada vez más
introducirla en una red social, en la que el conocimiento se comparte en el
ámbito de intercambios personales (Mensaje, 24 de enero).
*Por otro lado, todo ello tropieza con algunos límites típicos de la
comunicación digital: una interacción parcial, la tendencia a comunicar sólo
algunas partes del propio mundo interior, el riesgo de construir una cierta
imagen de sí mismos que suele llevar a la autocomplacencia (Mensaje, 24 de
enero).
*De modo especial, los jóvenes están viviendo este cambio en la comunicación
con todas las aspiraciones, las contradicciones y la creatividad propias de
quienes se abren con entusiasmo y curiosidad a las nuevas experiencias de la
vida (Mensaje, 24 de enero).
*La presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda
sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos,
como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva
exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer
“amistades”, implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin
ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio “perfil” público
(Mensaje, 24 de enero).
*Las nuevas tecnologías permiten a las personas encontrarse más allá de las
fronteras del espacio y de las propias culturas, inaugurando así un mundo
nuevo de amistades potenciales. Ésta es una gran oportunidad, pero supone
también prestar una mayor atención y una toma de conciencia sobre los posibles
riesgos (Mensaje, 24 de enero).
*Es importante recordar siempre que el contacto virtual no puede y no debe
sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida
(Mensaje, 24 de enero).
*También en la era digital, cada uno siente la necesidad de ser una persona
auténtica y reflexiva. Además, las redes sociales muestran que uno está
siempre implicado en aquello que comunica (Mensaje, 24 de enero).
*Cuando se intercambian informaciones, las personas se comparten a sí mismas,
su visión del mundo, sus esperanzas, sus ideales. Por eso, puede decirse que
existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital,
caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa
del otro (mensaje, 24 de enero).
*Comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner
contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios,
sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo
de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes
con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él (mensaje, 24
de enero).
*Tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio
coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas
de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida
razón de su esperanza (Mensaje, 24 de enero).
*El compromiso de ser testigos del Evangelio en la era digital exige a todos
el estar muy atentos con respecto a los aspectos de ese mensaje que puedan
contrastar con algunas lógicas típicas de la red. Hemos de tomar conciencia
sobre todo de que el valor de la verdad que deseamos compartir no se basa en
la “popularidad” o la cantidad de atención que provoca. Debemos darla a
conocer en su integridad, más que intentar hacerla aceptable, quizá
desvirtuándola (Mensaje, 24 de enero).
*La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute
superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso
cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a
encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los
hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen
siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisión de la
fe (Mensaje, 24 de enero).
*La red está contribuyendo al desarrollo de nuevas y más complejas formas de
conciencia intelectual y espiritual, de comprensión común. También en este
campo estamos llamados a anunciar nuestra fe en Cristo, que es Dios, el
Salvador del hombre y de la historia, Aquél en quien todas las cosas alcanzan
su plenitud (Mensaje, 24 de enero).
*La Verdad, que es Cristo, es en definitiva la respuesta plena y auténtica a
ese deseo humano de relación, de comunión y de sentido, que se manifiesta
también en la participación masiva en las diversas redes sociales (Mensaje, 24
de enero).
*Los creyentes, dando testimonio de sus más profundas convicciones, ofrecen
una valiosa aportación, para que la red no sea un instrumento que reduce las
personas a categorías, que intenta manipularlas emotivamente o que permite a
los poderosos monopolizar las opiniones de los demás (Mensaje, 24 de enero).
*Por el contrario, los creyentes animan a todos a mantener vivas las
cuestiones eternas sobre el hombre, que atestiguan su deseo de trascendencia y
la nostalgia por formas de vida auténticas, dignas de ser vividas (Mensaje, 24
de enero).
*Invito sobre todo a los jóvenes a hacer buen uso de su presencia en el
espacio digital. Les reitero nuestra cita en la próxima Jornada Mundial de la
Juventud, en Madrid, cuya preparación debe mucho a las ventajas de las nuevas
tecnologías (Mensaje, 24 de enero).
FEBRERO
*Hay que procurar mostrar a los jóvenes la importancia de los sacramentos como
instrumentos de la gracia y de la ayuda de Dios. Esto vale especialmente para
el sacramento del matrimonio, que santifica la vida conyugal desde el
principio, de modo que la presencia de Dios sostenga a las parejas jóvenes en
sus problemas Discurso, 18 de febrero).
JUNIO
*Queridos amigos, vuestra juventud es un tiempo que el Señor os da para poder
descubrir el significado de la existencia (Discurso, 4 de junio).
*Jesús os habla hoy: mediante el Evangelio y el Espíritu Santo, Él se hace
contemporáneo vuestro. Es Él quien os busca, aun antes de que vosotros lo
busquéis (Discurso, 4 de junio).
*Respetando plenamente vuestra libertad, Jesús se acerca a cada uno de
vosotros y se presenta como la respuesta auténtica y decisiva a ese anhelo que
anida en vuestro ser, al deseo de una vida que vale la pena ser vivida
(Discurso, 4 de junio).
*Queridos jóvenes, arraigados en Cristo, podréis vivir en plenitud lo que sois
(Discurso, 4 de junio).
*Creciendo en la amistad con el Señor, a través de su Palabra, de la
Eucaristía y de la pertenencia a la Iglesia, con la ayuda de vuestros
sacerdotes, podréis testimoniar a todos la alegría de haber encontrado a Aquél
que siempre os acompaña y os llama a vivir en la confianza y en la esperanza
(Discurso, 4 de junio).
*El Señor Jesús no es un maestro que embauca a sus discípulos: nos dice
claramente que el camino con Él requiere esfuerzo y sacrificio personal, pero
que vale la pena (Discurso, 4 de junio).
*Queridos jóvenes amigos, no os dejéis desorientar por las promesas atractivas
de éxito fácil, de estilos de vida que privilegian la apariencia en detrimento
de la interioridad (Discurso, 4 de junio).
*Queridos amigos, os invito a tomar conciencia de esta sana y positiva
inquietud; a no tener miedo de plantearos las preguntas fundamentales sobre el
sentido y sobre el valor de la vida. No os quedéis en las respuestas
parciales, inmediatas, ciertamente más fáciles en un primer momento y más
cómodas, que pueden dar algunos ratos de felicidad, de exaltación, de
embriaguez, pero que no os llevan a la verdadera alegría de vivir, la que nace
de quien construye —como dice Jesús— no sobre arena, sino sobre sólida roca
(Discurso, 19 de junio).
*Aprended a reflexionar, a leer de modo no superficial, sino en profundidad,
vuestra experiencia humana: descubriréis, con asombro y con alegría, que
vuestro corazón es una ventana abierta al infinito. Esta es la grandeza del
hombre y también su dificultad (Discurso, 19 de junio).
*No se trata, de ninguna manera, de despreciar el uso de la razón o de
rechazar el progreso científico; todo lo contrario. Se trata más bien de
comprender que cada uno de nosotros no está hecho sólo de una dimensión
«horizontal», sino que comprende también la dimensión «vertical» (Discurso, 19
de junio).
*Los datos científicos y los instrumentos
tecnológicos no pueden sustituir al mundo de la vida, a los horizontes de
significado y de libertad, o a la riqueza de las relaciones de amistad y de
amor (Discurso, 19
de junio).
*Queridos jóvenes, precisamente en la apertura a la verdad integral de
nosotros mismos y del mundo descubrimos la iniciativa de Dios con respecto a
nosotros. Él sale al encuentro de cada hombre y le da a conocer el misterio de
su amor (Discurso, 19 de junio).
*No temáis afrontar las situaciones difíciles, los momentos de crisis, las
pruebas de la vida, porque ¡el Señor os acompaña, está con vosotros!
(Discurso, 19 de junio).
AGOSTO
*¿Por qué y para qué ha venido esta multitud de jóvenes a Madrid? Aunque la
respuesta deberían darla ellos mismos, bien se puede pensar que desean
escuchar la Palabra de Dios, como se les ha propuesto en el lema para esta
Jornada Mundial de la Juventud, de manera que, arraigados y edificados en
Cristo, manifiesten la firmeza de su fe (Discurso, 18 de agosto).
*Este descubrimiento del Dios vivo alienta a los jóvenes y abre sus ojos a los
desafíos del mundo en que viven, con sus posibilidades y limitaciones
(Discurso, 18 de agosto).
*Muchos
jóvenes, además, miran con preocupación el futuro ante la dificultad de
encontrar un empleo digno, o bien por haberlo perdido o tenerlo muy precario e
inseguro. Hay otros que precisan de prevención para no caer en la red de la
droga, o de ayuda eficaz, si por desgracia ya cayeron en ella (Discurso, 18 de
agosto).
*No pocos, por causa de su fe en Cristo, sufren en sí mismos la
discriminación, que lleva al desprecio y a la persecución abierta o larvada
que padecen en determinadas regiones y países. Se les acosa queriendo
apartarlos de Él, privándolos de los signos de su presencia en la vida
pública, y silenciando hasta su santo Nombre (Discurso, 18 de agosto).
*Pero yo vuelvo a decir a los jóvenes, con todas las fuerzas de mi corazón:
que nada ni nadie os quite la paz; no os avergoncéis del Señor. Él no ha
tenido reparo en hacerse uno como nosotros y experimentar nuestras angustias
para llevarlas a Dios, y así nos ha salvado (Discurso, 18 de agosto).
*En este contexto, es urgente ayudar a los jóvenes discípulos de Jesús a
permanecer firmes en la fe y a asumir la bella aventura de anunciarla y
testimoniarla abiertamente con su propia vida (Discurso, 18 de agosto).
*Queridos jóvenes, escuchad de verdad las palabras
del Señor para que sean en vosotros «espíritu y vida» (Jn
6,63), raíces que alimentan vuestro ser, pautas de conducta que nos asemejen a
la persona de Cristo, siendo pobres de espíritu, hambrientos de justicia,
misericordiosos, limpios de corazón, amantes de la paz (Discurso, 18 de
agosto).
*Al edificar sobre la roca firme, no solamente vuestra vida será sólida y
estable, sino que contribuirá a proyectar la luz de Cristo sobre vuestros
coetáneos y sobre toda la humanidad, mostrando una alternativa válida a tantos
como se han venido abajo en la vida, porque los fundamentos de su existencia
eran inconsistentes (Discurso, 18 de agosto).
*Hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces
ni cimientos que ellos mismos (Discurso, 18 de agosto).
*Queridos amigos: sed prudentes y sabios, edificad vuestras vidas sobre el
cimiento firme que es Cristo. Esta sabiduría y prudencia guiará vuestros
pasos, nada os hará temblar y en vuestro corazón reinará la paz (Discurso, 18
de agosto).
*Queridos
jóvenes,
que el amor de Cristo por nosotros aumente vuestra alegría y os aliente a
estar cerca de los menos favorecidos. Vosotros, que sois muy sensibles a la
idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el
sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de
vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer (Discurso, 19 de
agosto).
*Los
jóvenes
necesitan auténticos maestros; personas abiertas a la verdad total en las
diferentes ramas del saber, sabiendo escuchar y viviendo en su propio interior
ese diálogo interdisciplinar; personas convencidas, sobre todo, de la
capacidad humana de avanzar en el camino hacia la verdad (Discurso, 19 de
agosto).
*La
juventud
es tiempo privilegiado para la búsqueda y el encuentro con la verdad
(Discurso, 19 de agosto).
*¿Cómo puede un
joven
ser fiel a la fe cristiana y seguir aspirando a
grandes ideales en la sociedad actual? En el evangelio que hemos escuchado,
Jesús nos da una respuesta a esta importante cuestión: «Como el Padre me ha
amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor» [Jn
15, 9] (Discurso, 20 de agosto).
*Queridos
jóvenes,
no os conforméis con menos que la Verdad y el Amor, no os conforméis con menos
que Cristo (Discurso, 20 de agosto).
*Queridos amigos, que ninguna adversidad os paralice. No tengáis miedo al
mundo, ni al futuro, ni a vuestra debilidad. El Señor os ha otorgado vivir en
este momento de la historia, para que gracias a vuestra fe siga resonando su
Nombre en toda la tierra (Discurso, 20 de agosto).
*En esta vigilia de oración, os invito a pedir a Dios que os ayude a descubrir
vuestra vocación en la sociedad y en la Iglesia y a perseverar en ella con
alegría y fidelidad. Vale la pena acoger en nuestro interior la llamada de
Cristo y seguir con valentía y generosidad el camino que él nos proponga
(Discurso, 20 de agosto).
*A muchos, el Señor los llama al matrimonio, en el
que un hombre y una mujer, formando una sola carne [cf.
Gn
2, 24], se realizan en una profunda vida de comunión. Es un horizonte luminoso
y exigente a la vez (Discurso, 20 de agosto).
*A otros, en cambio, Cristo los llama a seguirlo más de cerca en el sacerdocio
o en la vida consagrada. Qué hermoso es saber que Jesús te busca, se fija en
ti y con su voz inconfundible te dice también a ti: «¡Sígueme! (Discurso, 20
de agosto).
*Queridos
jóvenes,
para descubrir y seguir fielmente la forma de vida a la que el Señor os llame
a cada uno, es indispensable permanecer en su amor como amigos (Discurso, 20
de agosto).
*Os invito, pues, a permanecer ahora en la adoración a Cristo, realmente
presente en la
Eucaristía.
A dialogar con Él, a poner ante Él vuestras preguntas y a escucharlo. Queridos
amigos, yo rezo por vosotros con toda el alma (Discurso, 20 de agosto).
*Queridos jóvenes
estad orgullosos por haber recibido el don
de la fe, que iluminará vuestra vida en todo momento (Discurso, 20 de agosto).
*Queridos jóvenes, en estos momentos de silencio
delante del Santísimo Sacramento, elevemos nuestras mentes y corazones a
Jesucristo, el Señor de nuestras vidas y del futuro. Que Él derrame su
Espíritu sobre nosotros y sobre toda la Iglesia, para que seamos promotores de
libertad, reconciliación y paz en todo el mundo (Discurso, 20 de agosto).
*Queridos jóvenes, en el fondo, lo que nuestro
corazón desea es lo bueno y bello de la vida. No permitáis que vuestros deseos
y anhelos caigan en el vacío, antes bien haced que cobren fuerza en Cristo. Él
es el cimiento firme, el punto de referencia seguro para una vida plena
(Discurso, 20 de agosto).
*Mis queridos amigos, os invito a todos a establecer
un diálogo personal con Cristo, exponiéndole las propias dudas y sobre todo
escuchándolo. El Señor está aquí y os llama (Discurso, 20 de agosto).
*Pedid al Señor que os ayude a descubrir vuestra
vocación en la vida y en la Iglesia, y a perseverar en ella con alegría y
fidelidad, sabiendo que Él nunca os abandonará ni os traicionará. Él está con
nosotros hasta el fin del mundo (Discurso, 20 de agosto).
*Ciertamente, son muchos en la actualidad los que se sienten atraídos por la
figura de Cristo y desean conocerlo mejor. Perciben que Él es la respuesta a
muchas de sus inquietudes personales. Pero, ¿quién es Él realmente? ¿Cómo es
posible que alguien que ha vivido sobre la tierra hace tantos años tenga algo
que ver conmigo hoy? (Homilía, 21 de agosto)
*Queridos jóvenes, también hoy Cristo se dirige a vosotros con la misma
pregunta que hizo a los apóstoles: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?».
Respondedle con generosidad y valentía, como corresponde a un corazón joven
como el vuestro. Decidle: Jesús, yo sé que Tú eres el Hijo de Dios que has
dado tu vida por mí. Quiero seguirte con fidelidad y dejarme guiar por tu
palabra. Tú me conoces y me amas. Yo me fío de ti y pongo mi vida entera en
tus manos. Quiero que seas la fuerza que me sostenga, la alegría que nunca me
abandone (Homilía, 21 de agosto).
*De esta amistad con Jesús nacerá también el impulso que lleva a dar
testimonio de la fe en los más diversos ambientes, incluso allí donde hay
rechazo o indiferencia. No se puede encontrar a Cristo y no darlo a conocer a
los demás. Por tanto, no os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad
a los demás la alegría de vuestra fe (Homilía, 21 de agosto).
*Llevad el conocimiento y el amor de Cristo por
todo el mundo. Él quiere que seáis sus apóstoles en el siglo veintiuno y los
mensajeros de su alegría. ¡No lo defraudéis! (Ángelus, 21 de agosto).
*Queridos jóvenes, Cristo os pide hoy que estéis
arraigados en Él y construyáis con Él vuestra vida sobre la roca que es Él
mismo. Él os envía para que seáis testigos valientes y sin complejos,
auténticos y creíbles. No tengáis miedo de ser católicos, dando siempre
testimonio de ello a vuestro alrededor, con sencillez y sinceridad (Ángelus,
21 de agosto).
*Mis queridos amigos, la fe no es una teoría. Creer
significa entrar en una relación personal con Jesús y vivir la amistad con Él
en comunión con los demás, en la comunidad de la Iglesia. Confiad a Cristo
toda vuestra vida, y ayudad a vuestros amigos a alcanzar la fuente de la vida:
Dios. Que el Señor haga de vosotros testigos gozosos de su amor (Ángelus, 21
de agosto).
*Queridos jóvenes y amigos, habéis encontrado a
Jesucristo. Os sentiréis yendo contra corriente en medio de una sociedad donde
impera la cultura relativista que renuncia a buscar y a poseer la verdad. Pero
el Señor os ha enviado en este momento de la historia, lleno de grandes
desafíos y oportunidades, para que, gracias a vuestra fe, siga resonando por
toda la tierra la Buena Nueva de Cristo (Ángelus, 21 de agosto).
*Queridos jóvenes, firmes en la fe, arraigados en
Cristo. Los talentos recibidos de Dios en estos días produzcan en vosotros
abundantes frutos. Sed sus testigos. Llevad a los demás el mensaje del
Evangelio. Con vuestra oración y con el ejemplo de la vida, ayudad a Europa a
encontrar sus raíces cristianas (Ángelus, 21 de agosto).
*Amar es servir y el servicio acrecienta el amor (Discurso, 21 de agosto).
*Al amor de Cristo solo se puede responder con
amor, y eso es lo que os pide el Papa en esta despedida: que respondáis con
amor a quien por amor se ha entregado por vosotros.
(Discurso, 21 de agosto).
*Esto es obra del Espíritu Santo, que hace presente a Jesucristo en los
corazones de los jóvenes de cada época y les muestra así la grandeza de la
vocación divina de todo ser humano (Discurso, 21 de agosto).
*Los jóvenes responden con diligencia cuando se les propone con sinceridad y
verdad el encuentro con Jesucristo, único redentor de la humanidad (Discurso,
21 de agosto).
*No hay que desanimarse ante las contrariedades que, de diversos modos, se
presentan en algunos países. Más fuerte que todas ellas es el anhelo de Dios,
que el Creador ha puesto en el corazón de los jóvenes, y el poder de lo alto,
que otorga fortaleza divina a los que siguen al Maestro y a los que buscan en
Él alimento para la vida (Discurso, 21 de agosto).
*No temáis presentar a los jóvenes el mensaje de Jesucristo en toda su
integridad e invitarlos a los sacramentos, por los cuales nos hace partícipes
de su propia vida (Discurso, 21 de agosto).
SEPTIEMBRE
*La Eucaristía, don de Cristo para la salvación del mundo, indica y contiene
el horizonte más verdadero de la experiencia que estáis viviendo: el amor de
Cristo como plenitud del amor humano (Discurso, 11 de septiembre).
*Sobre todo la dificultad de encontrar un trabajo estable extiende un velo de
incertidumbre sobre el futuro. Esta condición contribuye a posponer la toma de
decisiones definitivas, e incide de modo negativo en el crecimiento de la
sociedad, que no consigue valorar plenamente la riqueza de energías, de
competencias y de creatividad de vuestra generación (Discurso, 11 de
septiembre).
*Una cultura que tiende a prescindir de criterios morales claros: en la
desorientación, cada uno se ve impulsado a moverse de manera individual y
autónoma, frecuentemente en el único perímetro del presente (Discurso, 11 de
septiembre).
*La fragmentación del tejido comunitario se refleja en un relativismo que
mella los valores esenciales; la consonancia de sensaciones, de estados de
ánimo y de emociones parece más importante que compartir un proyecto de vida
(Discurso, 11 de septiembre).
*La
aparente exaltación del cuerpo, que en realidad banaliza la sexualidad y
tiende a que se viva fuera de un contexto de comunión de vida y de amor
(Discurso, 11 de septiembre).
*Queridos jóvenes, ¡no tengáis miedo de afrontar estos desafíos! No perdáis
nunca la esperanza. Tened valor, también en las dificultades, permaneciendo
firmes en la fe. Estad seguros de que, en toda circunstancia, sois amados y
estáis custodiados por el amor de Dios, que es nuestra fuerza. Dios es bueno.
*Por esto es importante que el encuentro con Dios, sobre todo en la oración
personal y comunitaria, sea constante, fiel, precisamente como es el camino de
vuestro amor: amar a Dios y sentir que él me ama. ¡Nada nos puede separar del
amor de Dios! (Discurso, 11 de septiembre)
*Estad seguros, además, de que también la Iglesia está cerca de vosotros, os
sostiene, no cesa de miraros con gran confianza. Ella sabe que tenéis sed de
valores, los valores verdaderos, sobre lo que vale la pena construir vuestra
casa. El valor de la fe, de la persona, de la familia, de las relaciones
humanas, de la justicia (Discurso, 11 de septiembre).
*Como novios estáis viviendo una época única que abre a la maravilla del
encuentro y permite descubrir la belleza de existir y de ser valiosos para
alguien, de poderos decir recíprocamente: tú eres importante para mí. Vivid
con intensidad, gradualidad y verdad este camino. No renunciéis a perseguir un
ideal alto de amor, reflejo y testimonio del amor de Dios (Discurso, 11 de
septiembre).
*¿Pero cómo vivir esta etapa de vuestra vida, testimoniar el amor en la
comunidad? Deseo deciros ante todo que evitéis cerraros en relaciones
intimistas, falsamente tranquilizadoras; haced más bien que vuestra relación
se convierta en levadura de una presencia activa y responsable en la comunidad
(Discurso, 11 de septiembre).
*No olvidéis, además, que, para ser auténtico, también el amor requiere un
camino de maduración: a partir de la atracción inicial y de «sentirse bien»
con el otro, educaos a «querer bien» al otro, a «querer el bien» del otro. El
amor vive de gratuidad, de sacrificio de uno mismo, de perdón y de respeto del
otro (Discurso, 11 de septiembre).
*Queridos amigos, todo amor humano es signo del Amor eterno que nos ha creado
y cuya gracia santifica la elección de un hombre y de una mujer de entregarse
recíprocamente la vida en el matrimonio (Discurso, 11).
*Vivid este tiempo del noviazgo en la espera confiada de tal don, que hay que
acoger recorriendo un camino de conocimiento, de respeto, de atenciones que
jamás debéis perder: sólo con esta condición el lenguaje del amor seguirá
siendo significativo también con el paso de los años (Discurso, 11 de
septiembre).
*Educaos, también, desde ahora en la libertad de la fidelidad, que lleva a
custodiarse recíprocamente, hasta vivir el uno para el otro (Discurso, 11 de
septiembre).
*Preparaos a elegir con convicción el «para siempre» que connota el amor: la
indisolubilidad, antes que una condición, es un don que hay que desear, pedir
y vivir, más allá de cualquier situación humana mutable (Discurso, 11 de
septiembre).
*Y no penséis, según una mentalidad extendida, que la convivencia sea garantía
para el futuro. Quemar etapas acaba por «quemar» el amor, que en cambio
necesita respetar los tiempos y la gradualidad en las expresiones; necesita
dar espacio a Cristo, que es capaz de hacer un amor humano fiel, feliz e
indisoluble (Discurso, 11 de septiembre).
*La fidelidad y la continuidad de que os queráis bien os harán capaces también
de estar abiertos a la vida, de ser padres: la estabilidad de vuestra unión en
el sacramento del matrimonio permitirá a los hijos que Dios quiera daros
crecer con confianza en la bondad de la vida (Discurso, 11 de septiembre).
*Fidelidad, indisolubilidad y transmisión de la vida son los pilares de toda
familia, verdadero bien común, valioso patrimonio para toda la sociedad. Desde
ahora, fundad en ellos vuestro camino hacia el matrimonio y testimoniadlo
también a vuestros coetáneos: ¡es un valioso servicio! (Discurso, 11 de
septiembre).
*La experiencia del amor tiene en su interior la tensión hacia Dios. El
verdadero amor promete el infinito. Haced, por lo tanto, de este tiempo
vuestro de preparación al matrimonio un itinerario de fe: redescubrid para
vuestra vida de pareja la centralidad de Jesucristo y de caminar en la Iglesia
(Discurso, 11 de septiembre).
OCTUBRE
*En las últimas décadas, además, el desarrollo de
los medios de comunicación ha difundido y amplificado un fenómeno que ya se
perfilaba en los años sesenta: la virtualidad, que corre el peligro de dominar
sobre la realidad. Cada vez más, incluso sin darse cuenta, las personas están
inmersas en una dimensión virtual a causa de mensajes audiovisuales que
acompañan su vida desde la mañana hasta la noche
(Homilía,
9 de octubre).
*Los más
jóvenes,
que han nacido ya en esta situación, parecen querer llenar de música y de
imágenes cada momento vacío, casi por el miedo de sentir, precisamente, este
vacío. Se trata de una tendencia que siempre ha existido, especialmente entre
los jóvenes y en los contextos urbanos más desarrollados, pero hoy ha
alcanzado tal nivel que se habla de mutación antropológica (Homilía, 9 de
octubre).
*La violencia se convierte en algo normal y amenaza con destruir nuestra
juventud
en algunas partes del mundo. Puesto que la violencia llega a hacerse normal,
se destruye la paz y, en esta falta de paz, el hombre se destruye a sí mismo
(Intervención, 27 de octubre).
NOVIEMBRE
*Queridos
jóvenes,
pueden tentaros reclamos de todo tipo: ideologías, sectas, dinero, drogas,
sexo fácil o violencia. Estad alerta: quienes os hacen estas propuestas
quieren destruir vuestro porvenir (exhort. Apost. 63, 19 de noviembre).
*Para alcanzar el discernimiento, la fuerza necesaria y la libertad para
resistir a esas presiones, os animo a poner a Jesucristo en el centro de toda
vuestra vida mediante la oración, y también mediante el estudio de la Sagrada
Escritura, la práctica de los sacramentos, la formación en la Doctrina social
de la Iglesia, así como a participar de manera activa y entusiasta en las
agrupaciones y movimientos eclesiales (Exhort. Apost. Africae Munus 63, 19 de
noviembre).
*El futuro está en manos de quienes saben encontrar razones sólidas para vivir
y para esperar (Exhort. Apost. 63, 19 de noviembre).
*Los jóvenes tienen derecho a escuchar con claridad la enseñanza de la Iglesia
y, más importante aún, sentirse estimulados por la coherencia y la belleza del
mensaje cristiano, para que a su vez puedan infundir en sus coetáneos un amor
profundo a Cristo y a su Iglesia (Discurso, 26 de noviembre).
*Queridos amigos, deseo concluir alentando a los jóvenes a descubrir en el
trabajo de voluntariado un modo de acrecentar el propio amor oblativo, que da
a la vida su significado más profundo (Discurso, 11 de noviembre).
*Los jóvenes reaccionan con prontitud a la vocación del amor. Ayudémosles a
escuchar a Cristo, que hace oír en sus corazones su llamada y los atrae hacia
sí (Discurso, 11 de noviembre).
DICIEMBRE
*La difusión de ideologías “débiles” en los diversos campos de la sociedad
impele a los cristianos a un nuevo empuje en el ámbito intelectual, con el fin
de animar a las nuevas generaciones a la búsqueda y el descubrimiento de la
verdad sobre el hombre y sobre Dios (Discurso, 2 de diciembre).
*Queridos jóvenes estudiantes, os animo a aprovechar el tiempo de vuestros
estudios para crecer en el conocimiento y en el amor de Cristo, mientras
recorréis vuestro itinerario de formación intelectual y cultural (Discurso, 2
de diciembre).
*La Iglesia mira a los jóvenes con esperanza,
confía en ellos y los anima a buscar la verdad, a defender el bien común, a
tener una perspectiva abierta sobre el mundo y ojos capaces de ver «cosas
nuevas» [Is
42,9; 48,6] (Mensaje, 8 de diciembre).
*También los jóvenes han de tener el valor de vivir ante todo ellos mismos lo
que piden a quienes están en su entorno. Les corresponde una gran
responsabilidad: que tengan la fuerza de usar bien y conscientemente la
libertad. También ellos son responsables de la propia educación y formación en
la justicia y la paz (Mensaje, 8 de diciembre).
*Invito de modo particular a los
jóvenes, que mantienen siempre viva la tensión
hacia los ideales, a tener la paciencia y constancia de buscar la justicia y
la paz, de cultivar el gusto por lo que es justo y verdadero, aun cuando esto
pueda comportar sacrificio e ir contracorriente (Mensaje, 8 de diciembre).
*Queridos
jóvenes, vosotros sois un don precioso para la
sociedad. No os dejéis vencer por el desánimo ante las dificultades y no os
entreguéis a las falsas soluciones, que con frecuencia se presentan como el
camino más fácil para superar los problemas (Mensaje, 8 de diciembre).
*No tengáis miedo de comprometeros, de hacer frente al esfuerzo y al
sacrificio, de elegir los caminos que requieren fidelidad y constancia,
humildad y dedicación. Vivid con confianza vuestra juventud y esos profundos
deseos de felicidad, verdad, belleza y amor verdadero que experimentáis. Vivid
con intensidad esta etapa de vuestra vida tan rica y llena de entusiasmo
(Mensaje, 8 de diciembre).
*Sed conscientes de que vosotros sois un ejemplo y estímulo para los adultos,
y lo seréis cuanto más os esforcéis por superar las injusticias y la
corrupción, cuanto más deseéis un futuro mejor y os comprometáis en
construirlo (Mensaje, 8 de diciembre).
*Sed conscientes de vuestras capacidades y nunca os encerréis en vosotros
mismos, sino sabed trabajar por un futuro más luminoso para todos. Nunca
estáis solos. La Iglesia confía en vosotros, os sigue, os anima y desea
ofreceros lo que tiene de más valor: la posibilidad de levantar los ojos hacia
Dios, de encontrar a Jesucristo, Aquel que es la justicia y la paz (Mensaje, 8
de diciembre).
*Se ha de transmitir a los jóvenes el aprecio por el valor positivo de la
vida, suscitando en ellos el deseo de gastarla al servicio del bien. Éste es
un deber en el que todos estamos comprometidos en primera persona (Mensaje, 8
de diciembre).
*Unamos
nuestras fuerzas espirituales, morales y materiales para «educar a los jóvenes
en la justicia y la paz» (Mensaje, 8 de diciembre).
*Las jóvenes generaciones, que acusan más la desorientación agravada además
por la crisis actual, no solo económica sino también de valores, tienen
necesidad sobre todo de reconocer a Jesucristo como «la clave, el centro y el
fin de toda la historia humana» [Conc. Vat. II, Const.
Gaudium et spes,
10] (Homilía, 31 de diciembre).
AÑO 2012
ENERO
*«Educar a los jóvenes en la justicia y la paz» es la tarea que atañe a cada
generación y, gracias a Dios, la familia humana, después de las tragedias de
las dos grandes guerras mundiales, ha mostrado tener cada vez más consciente
de ello (Homilía, 1 de enero).
*Quisiera subrayar que, frente a las sombras que hoy oscurecen el horizonte
del mundo, asumir la responsabilidad de educar a los jóvenes en el
conocimiento de la verdad y en los valores fundamentales, significa mirar al
futuro con esperanza (Homilía, 1 de enero).
*En este compromiso por una educación integral, entra también la formación
para la justicia y la paz (Homilía, 1 de enero).
*Esta educación parte de la familia y se desarrolla en la escuela y en las
demás experiencias formativas (Homilía, 1 de enero).
*Los jóvenes miran hoy con cierto temor al futuro, manifestando aspectos de su
vida que merecen atención (Angelus, 1 de enero).
*Invito a todos a tener la paciencia y la constancia de buscar la justicia y
la paz, de cultivar el gusto por lo que es recto y verdadero (Angelus, 1 de
enero).
*La solidaridad debe dirigirse, también, hacia los jóvenes, los más
penalizados por la falta de trabajo. Una sociedad solidaria siempre debe
interesarse por el futuro de las nuevas generaciones, disponiendo políticas
adecuadas que garanticen un alojamiento a precios razonables y haciendo todo
lo posible para asegurar una actividad laboral (Discurso, 12 de enero).
MARZO
*En el difícil contexto actual, muchos jóvenes en vuestro entorno tienen una
inmensa necesidad de sentir que el mensaje cristiano es un mensaje de alegría
y esperanza (Mensaje, 15 de marzo).
*La juventud es un período de un continuo descubrimiento de la vida, del
mundo, de los demás y de sí mismo. Es un tiempo de apertura hacia el futuro,
donde se manifiestan los grandes deseos de felicidad, de amistad, del
compartir y de verdad; donde uno es impulsado por ideales y se conciben
proyectos (Mensaje, 15 de marzo).
*Queridos jóvenes, no tengáis miedo de arriesgar vuestra vida abriéndola a
Jesucristo y su Evangelio; es el camino para tener la paz y la verdadera
felicidad dentro de nosotros mismos, es el camino para la verdadera
realización de nuestra existencia de hijos de Dios, creados a su imagen y
semejanza (Mensaje, 15 de marzo).
*Queridos amigos, aprended a ver cómo actúa Dios en vuestras vidas,
descubridlo oculto en el corazón de los acontecimientos de cada día. Creed que
Él es siempre fiel a la alianza que ha sellado con vosotros el día de vuestro
Bautismo. Sabed que jamás os abandonará. Dirigid a menudo vuestra mirada hacia
Él (Mensaje, 15 de marzo).
*El mundo necesita hombres y mujeres competentes y generosos, que se pongan al
servicio del bien común. Esforzaos por estudiar con seriedad; cultivad
vuestros talentos y ponedlos desde ahora al servicio del prójimo. Buscad el
modo de contribuir, allí donde estéis, a que la sociedad sea más justa y
humana (Mensaje, 15 de marzo).
*Queridos jóvenes, ¡recurrid a menudo al Sacramento de la Penitencia y la
Reconciliación! Es el Sacramento de la alegría reencontrada (Mensaje, 15 de
marzo).
*Queridos amigos, para concluir quisiera alentaros
a ser misioneros de la alegría. No se puede ser feliz si los demás no lo son.
Por ello, hay que compartir la alegría. Id a contar a los demás jóvenes
vuestra alegría de haber encontrado aquel tesoro precioso que es Jesús mismo
(Mensaje, 15 de
marzo).
MAYO
*Muchos jóvenes que buscan un ideal se orientan hacia paraísos artificiales
que los destruyen. Adicciones, consumismo, materialismo y bienestar no colman
el corazón del hombre, creado para lo infinito, puesto que la mayor pobreza es
la falta de amor (Discurso, 4 de mayo).
*Es gratificante constatar cómo también en nuestros días la visión cristiana,
presentada en su amplitud e integridad, se demuestra inmensamente atractiva
para la imaginación, el idealismo
y las aspiraciones de los jóvenes, que tienen derecho a conocer la fe en toda
su belleza,
su riqueza intelectual y sus exigencias radicales (Discurso, 5 de mayo).
*Existe la necesidad constante de conjugar el rigor intelectual al comunicar
de modo eficaz, atractivo e integral la riqueza de la fe de la Iglesia con la
formación de los
jóvenes
en el amor a Dios, en la práctica de la moral cristiana y en la vida
sacramental y, además, en el cultivo de la oración personal y litúrgica
(Discurso, 5 de mayo).
*A la desconfianza hacia el compromiso en el ámbito político y social, los
cristianos, especialmente los jóvenes, están llamados a contraponer el
compromiso y el amor a la responsabilidad, animados por la caridad evangélica,
que pide no encerrarse en sí mismos, sino de interesarse por los demás
(Discurso, 13 de mayo).
*A los jóvenes dirijo la invitación a saber pensar en grande: ¡tened la
valentía de osar! Estad dispuestos a dar un nuevo sabor a toda la sociedad
civil, con la sal de la honradez y del altruismo desinteresado. Es necesario
recuperar sólidas motivaciones para servir al bien de los ciudadanos
(Discurso, 13 de mayo).
SEPTIEMBRE
*Queridos jóvenes, os invito a cultivar de forma
continua la amistad verdadera con Jesús (cf.
Jn
15,13-15) por medio del poder de la oración (Exhortación Apostólica-63, 14 de
septiembre).
*La oración personal se hará más fuerte acudiendo regularmente a los
sacramentos, que permiten un verdadero encuentro con Dios y con los hermanos
en la Iglesia (Exhortación Apostólica-63, 14 de septiembre).
*Jóvenes, no tengáis miedo ni reparo en testimoniar la amistad con Jesús en el
ámbito familiar y público. Pero hacedlo respetando a los otros creyentes. No
tengáis miedo ni vergüenza de ser cristianos (Exhortación Apostólica-63, 14 de
septiembre).
*La relación con Jesús os hará disponibles para colaborar sin reservas con
vuestros conciudadanos, con independencia de su afiliación religiosa, para
construir el futuro de vuestro país sobre la dignidad humana, fuente y
fundamento de la libertad, la igualdad y la paz en la justicia (Exhortación
Apostólica-63, 14 de septiembre).
*Al amar a Cristo y a su Iglesia, podréis discernir sabiamente en la
modernidad los valores útiles para vuestra plena realización y los males que
envenenan lentamente vuestra vida (Exhortación Apostólica-63, 14 de
septiembre).
*Tratad de no dejaros seducir por el materialismo y por ciertas redes sociales
cuyo uso indiscriminado podría mutilar la verdadera naturaleza de las
relaciones humanas (Exhortación Apostólica-63, 14 de septiembre).
AÑO 2013
FEBRERO
*La incertidumbre y la fragilidad que caracterizan a muchos jóvenes, a menudo
los impulsan a la marginación, los hacen casi invisibles y ausentes de los
procesos históricos y culturales de las sociedades. Y cada vez más
frecuentemente fragilidad y marginalidad desembocan en fenómenos de
dependencia de las drogas, de desviación, de violencia (Discurso, 7 de
febrero).
Recopilados por: P. Mariano Esteban
Caro
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