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Alma

 

Acordaos, hermanos que un alma tenemos que si la perdemos no la recobramos. Santo Hermano Pedro de San José de Betancur

Alma que no lucha es alma perdida, sin esperanza. Alma que no ora, es alma vencida antes de combatir. P. Tomás Morales, S.J.

Ante todo es necesario cuidar del alma si se quiere que la cabeza y el resto del cuerpo funcionen correctamente. Platón

«cuando el Señor quiere para sí un alma, tienen poca fuerza las criaturas para estorbarlo». Santa Teresa. Fundaciones.

“Cuando un alma ama sinceramente a Dios, no debe temer nada en su vida espiritual. Que se someta a la influencia de la gracia y que no ponga límites a la unión con el Señor.” Santa Faustina Kowalska

Cuando a un alma le falta la gracia de Dios, viene a ser como una planta que ya no tiene ni flores, ni frutos, ni hojas. H. Rossier

Dios enriquece al alma que se despoja de todo. San Pío de Pieltrecina

El alma ansía soledad, silencio completo de criaturas, para atender sólo a eso tan oculto que parece que el Señor le da. Madre Maravillas de Jesús

El alma desordenada lleva en su culpa la pena. San Agustín de Hipona de Hipona

El alma es un vaso que sólo se llena con eternidad. Amado Nervo

El alma es una profundísima y anchísima soledad... inmenso desierto que por ninguna parte tiene fin.
San Juan de la Cruz

El alma humana se avergüenza de sí misma cuando se deja vencer por el placer o el dolor. Marco Aurelio

El alma necesita pocas cosas; el cuerpo muchas. George Herbert

El alma no puede vivir sin amar, y cuando no ama a Dios se ama desordenadamente a sí misma. Santa Catalina de Siena

El alma no puede tener secretos sin que la conducta los revele. Giovanni Papini

El alma no tendría arcoiris si los ojos no tuvieran lágrimas. Cheney John Vance

El alma que anda en amor, ni cansa, ni se cansa. San Juan de la Cruz

El alma que está enamorada de Dios es un alma gentil, humilde y paciente. San Juan de la Cruz

El alma quiere a su Dios a toda costa. Si hay que abandonarlo todo, lo abandonará todo; si perderlo todo, lo perderá todo. Dejará su manto, que después de todo no es de ella, en las manos de quienes quieran retenerla. Renunciará sin dolor a sus maneras propias de sentir, de pensar y de querer, como a un equipaje pesado y molesto. No pedirá ningún goce a nada. No pensará ya en ninguna cosa del mundo. No volverá a utilizar las ideas, sin duda justas, pero deficientísimas, que se hacía de su Dios. Se contentará con la fe. Y ya no querrá aquí abajo nada más, sino a Él y sólo a Él. Robert de Langeac

El alma que ve la voluntad de Dios en todas las cosas, hasta en las más pequeñas, lamentables y mortales, las vive y recibe todas con un gozo, con una alegría y con un respeto siempre igual. Y abre todas sus puertas para recibir con honor las mismas cosas que otros temen y procuran evitar. Jean Pierre de Caussade

El alma que venza la potencia del demonio no lo podrá conseguir sin oración ni podrá entender sus engaños sin mortificación y sin humildad. San Juan de la Cruz

El alma reina donde quiere, desde el fondo de los calabozos puede elevarse hasta el cielo. Napoleón Bonaparte

“El alma silenciosa es fuerte; ninguna contrariedad le hará daño si persevera en el silencio. El alma silenciosa es capaz de la más profunda unión con Dios; vive casi siempre bajo la inspiración del Espíritu Santo. En el alma silenciosa Dios obra sin obstáculos.” Santa Faustina Kowalska

El alma tiene sus ilusiones, como el pajarillo sus alas: Son ellas quienes las sostienen. Víctor Hugo

El alma triste en los gustos llora. Mateo Alemán

El alma unida a Dios se diviniza de tal manera que llega a pensar, a desear y obrar conforme a Jesucristo. Santa Teresa de Ávila

El amor casto engrandece a las almas. Víctor Hugo

El cuerpo es el instrumento del alma. Aristóteles

El hombre superior ama su alma; el hombre inferior ama su propiedad. Lin Yutang

El lujo es un artificio de la vanidad para ocultar la miseria del alma. Tomás de Kempis

El mundo es el espejo de tu alma: si tu alma sonríe, el mundo te sonríe; si tu alma llora, el mundo llora. Autor desconocido

El que no lleva la belleza dentro del alma no la encontrará en ninguna parte. Noel Clarasó

El que quiera encontrar el verdadero descanso para su alma que aprenda a ser humilde. Doroteo de Gaza. Instrucciones, nº 1, 8 

El rostro es el espejo del alma, y los ojos, sus delatores. Marco Tulio Cicerón

El Señor busca almas vacías, para llenarlas de Sí. Madre Maravillas de Jesús

El Señor nunca deja de inspirar al alma lo que debe hacer, siempre que ella le escuche en vacío de todo lo suyo. Madre Maravillas de Jesús

En cualquier dirección que recorras el alma nunca tropezarás con sus límites. Sócrates

Jamás da el alma humana mejor prueba de fortaleza y nobleza que cuando renuncia a la venganza y se atreve a perdonar una ofensa. E. H. Chapin

Grandes almas siempre se han encontrado con una oposición violenta de mentes mediocres. Albert Einstein

Halla purísimo placer en las almas anonadadas que son totalmente suyas y todo lo poseen en Él, cuando están desposeídas de si propias. Santa Margarita Maria de Alacoque

"Hay un espectáculo más grandioso que el mar, y es el cielo; hay un espectáculo más grandioso del cielo y es el interior de un alma". Victor Hugo

La alegría del alma forma los bellos días de la vida. Sócrates

La alegría es el sistema de calefacción del Alma. Francisco J. Cortéz Ortiz

La belleza del cuerpo es un viajero que pasa, pero la del alma es un amigo que se queda. Diego Saavedra Fajardo

La belleza del rostro es frágil, es una flor pasajera, pero la belleza del alma es firme y segura. Jean-Baptiste Poquelin Molière

La calificación primaria del misionero no es el amor por las almas, como nos dicen a menudo, sino el amor por Cristo. Vance Havner

La imaginación es el ojo del alma. Joseph Joubert

“La libertad en cierta manera es el alma de nuestra alma” Gabriel Marcel

La mayor de las glorias es cooperar a la salvación de las almas. San Ignacio de Loyola

Las almas superiores no tienen miedo más que de una cosa: de cometer una injusticia. Amado Nervo

Las grandes almas son como las nubes, recogen para luego verter. Kalidasa

La grandeza de un alma se mide por lo que ama. San Bernardo de Claraval

Las lágrimas son la sangre del alma. San Agustín de Hipona

Las pruebas a las que Dios os somete y os someterá, todas son signos del amor Divino y Perlas para el alma. San Pío de Pieltrecina

Lo que ha de hacer el hombre para que su alma no se pierda es examinar su interior. Santo Hermano Pedro de San José de Betancur

"Los espejos se emplean para verse la cara; el arte para verse el alma." George Bernard Shaw

Mira que no reina Dios sino en el alma pacífica y desinteresada. San Juan de la Cruz

No dejan huella en el alma las buenas costumbres, sino los buenos amores. San Agustín de Hipona

No hay nada que estorbe más al alma cuando intenta acudir a Cristo que el amor vano del mundo, y hasta que un alma se libra de él, nunca puede tener un amor verdadero hacia Dios. John Bunyan

Para Dios es más fácil entrar en un alma hundida en los vicios, que en un alma atrincherada detrás de sus propias virtudes y méritos. J. Green

Para un alma alegre, el mundo esta repleto de cosas interesantes. Alexandra Stoddard

Quien busca a Jesús por María, asegura la paz y la serenidad de su alma. San Benito abad

Quien deja de palparse el alma no sabe dónde la tiene. Miguel de Unamuno

Quieres cultivar tu alma? Vive pobre o como si lo fueses. Lucio Anneo Séneca

Quieres ser rico? Pues no te afanes por aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia. Epicuro

Rico es el que vive con lo que tiene; no debe nada...y está contento. S. Howe

Son las almas bellas las únicas que saben lo que hay de grande en la bondad. François Salignac de la Mothe "Fénelon"

Ten por cierto que si a Dios un alma le es grata, más la pondrá a prueba. Por tanto, ¡Coraje! y adelante siempre. San Pío de Pieltrecina

Un alma grande está por encima de la injuria, de la injusticia y el dolor. Jean de La Bruyère

Una flor sobre su tumba se marchita, una lágrima sobre su recuerdo se evapora. Una oración por su alma, la recibe Dios. San Agustín de Hipona

Uno no se hace grande más que midiendo la pequeñez de su dolor. Ernst Wiechert